lunes, 1 de marzo de 2010

DÍA 88 - UN PARAÍSO DE MUÑECAS

Queridos lectores;

Sientes como una especie de camino lleno de burbujas, que amortiguan cada paso. Paso que das con la delicadeza para no romper esas burbujas, y no caer. ¿Es la precaución un síntoma de cobardía? A veces, no comprendo hasta que punto podemos confiar en nuestros sentidos. ¿Es lo que vemos, degustamos, sentimos, olemos u oímos realmente real?

Vivimos en un mundo basado en las ilusiones, en los hechos impuestos para que nuestra propia mente entienda lo que nos rodea sin pestañear. A veces, no somos conscientes de lo que nos rodea en su totalidad, infravaloramos el mundo y muy a menudo a nosotros mismos. Incluso ignoramos la cierta ironía que posee la verdad cuando se encuentra frente a nuestras narices, inconscientes de la posibilidad casi remota de ser todo una completa mentira. Ese beso robado, otorgado con todo el cariño del mundo, ¿es realmente eso? La mayor y mas brillante de las actuaciones teatrales, siempre será convencer a los demás de algo, tan apasionadamente, que sus sentidos sean incapaces de captar la verdadera percepción de
la realidad. El mundo, muy a menudo se esconde tras una cortina roja aterciopelada, disfrazada del miedo que nos produce vivir.

En ciertas ocasiones, podríamos llegar a decir que vivimos en un paraíso de muñecas, donde alguien mueve los hilos de esta pantomima, donde las marionetas ajadas se cobijan en una casa ruinosa, tan perfecta que nadie se da cuenta que lo que esta podrido por dentro, esta podrido por fuera. ¿Quien maneja el sentido y el camino que tomamos?, si realmente fuéramos dueños de nuestras propias vidas, creo que nadie sentiría el dolor, nadie en este mundo sentiría la soledad, el hambre, la pobreza, la muerte, la desolación, la pérdida, la nostalgia... damas y caballeros, creo que podemos decir con exactitud, que estamos viviendo en un mundo completamente anti-utópico. Un mundo, donde el telón siempre esta abierto sin tiempo a descansar, en una obra magnifica donde todos participamos en nuestro papel cotidiano, como muñecos de trapo movidos instintivamente sin capacidad para razonar.

Si una persona tiene hambre, buscara trabajo para ganar dinero para poder comprar comida. Si una persona se siente sola, saldrá a la calle a conocer gente hasta encontrar amigos o alguien especial con quien compartir su vida. ¿Somos realmente el único animal con capacidad para razonar?, que razón hay en un comportamiento de supervivencia, del cual nadie escapa. Nos encontramos atrapados en una tela de araña tan temible, tan grande y tan traicionera, que a medida que luchamos por salir, se nos hace cada día mas difícil. Olvidemos de una vez esas absurdas historias de que el ser humano actúa razonando las consecuencias, porque lo que si es cierto, y no hay mas verdad en el mundo, que "El humano actúa, en consecuencia de vivir".

Un beso a todos y todas.